Plan
de Igualdad entre Hombres y Mujeres en Educación viene marcada por tres
principios de actuación:
-
Visibilidad.
Hacer
visibles las diferencias entre chicos y chicas, para facilitar el
reconocimiento de las desigualdades y discriminaciones que aquellas pueden
producir y producen.
Visibilizar
a las mujeres a través de: su contribución al desarrollo de las sociedades,
valorando el trabajo que tradicionalmente han realizado; un uso no
discriminatorio del lenguaje; la reflexión sobre la injusticia de los
privilegios en una sociedad democrática y de la pervivencia de papeles sociales
discriminatorios en función del sexo.
-
Transversalidad.
Los
principios de igualdad entre hombres y mujeres deben estar presentes en el
conjunto de acciones y políticas emprendidas por la Administración y los
centros educativos.
Este
enfoque transversal supone la inclusión de la perspectiva de género en la
elaboración, desarrollo y seguimiento de todas las actuaciones que afecten, directa o indirectamente, a la
comunidad educativa. Por ello las actuaciones y medidas impulsadas por la
Administración educativa buscarán ser ejemplarizantes.
-
Inclusión.
Las
medidas y actuaciones educativas se dirigen al conjunto de la comunidad, porque
educar en igualdad entre hombres y mujeres requiere una intervención tanto
sobre unos y como sobre otras para corregir así los desajustes producidos por
cambios desiguales en los papeles tradicionales, conciliar intereses y crear
relaciones de género más igualitarias.
En
efecto, los cambios políticos y sociales de las últimas décadas han repercutido
de forma muy importante en la construcción de nuevos modelos de feminidad, sin
que éstos se hayan acompañado de cambios en el modelo de masculinidad, con graves consecuencias en algunos casos.
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